La compra venta de empresas por un euro € es un proceso bastante común, cuyo nombre no deja de ser atractivo, aunque encierre importantes riesgos.
De cualquier tamaño o sector, se trata de adquirir una compañía con un precio que pasa a ser simbólico debido a los problemas que presenta.
Es una forma adoptada a nivel financiero en la que los vendedores intentan salvaguardar el patrimonio en el que han invertido, sin embargo, en muchas oportunidades los conflictos sobrepasan esta práctica y la ilegalidad se hace presente, llevando hasta el juzgado a los involucrados.
Ya sea en caso de rescatar el activo, o mantenerlo después de que su propietario pase a la jubilación, comprar empresas baratas puede resultar una inversión acertada y segura, siempre y cuando el aspecto legal enmarque cada uno de los pasos a seguir para conseguir una operación rentable.
Comprar empresas por un euro €
Adquirir empresas a bajo costo o precios simbólicos representa una oportunidad única posible tanto en tiempos de crisis como de bonanza económica (evidentemente menos), donde se cuentan cientos de compañías con propietarios que buscan la jubilación o tratan de eludir la estrechez financiera que ha generado grandes bajas empresariales y tratan de salvaguardar su patrimonio.
A este respecto se hace presente la “due diligence”, como herramienta fundamental para no incurrir en errores de análisis y valoración inicial que den pie a la toma de decisiones erróneas, o incluso infracciones por incumplimientos de contratos, mala gestión, pérdida y ocultamiento de patrimonio, entre otros.
La “due deligence” se basa en comprobaciones, auditorías, o en llevar a cabo las diligencias debidas, en las que se debe investigar, justificar y evaluar todos los costos, los riesgos y las ventajas de esa adquisición.
Elementos a considerar a la hora de comprar compañías por un euro
Reflotar una empresa al borde del cierre puede generar una ganancia a futuro, siempre y cuando se puntualicen ciertos aspectos:
1) La “due diligence” y la redacción de un contrato sólido que recoge diferentes hipótesis constituirán la base de todas las acciones.
Los problemas de liquidez, pasivos ocultos, entre otros, deben quedar al descubierto con anterioridad al momento de cambiar de dueño.
Esto debe ser evaluado para optar a las coberturas, denominadas como indemnities.
2) Que una compañía tenga dificultades no quiere decir que no pueda ser una oportunidad de negocio, muchas de ellas lo que necesitan es organización y una inversión estratégica planificada para ser relanzadas y obtener resultados positivos en poco tiempo.
3) Darle valor al tiempo. Suele ocurrir que por la premura ante la oferta, el comprador olvida o subestima la importancia de darse el momento justo para identificar y valorar el traspaso. Para disminuir el nivel de riesgo, el uso de los periodos estipulados es necesario.
4) Contingencias laborales o fiscales son las complicaciones más comunes en este tipo de transacciones pero también las que pueden implicar un mayor lucro para el adquirente como puede ser el crédito fiscal de la sociedad, sin embargo, todo dependerá del ratio coste/beneficio.
5) Adquirir una nueva empresa a punto de liquidar no es solo una práctica de los empresarios o inversores más astutos, puesto que también puede representar una opción para los emprendedores.
Según las estadísticas financieras, el porcentaje de éxito de una empresa nueva es menor al 3 %.
Por lo que reflotar una con un precio simbólico, por jubilación, conflictos de dueños o inversión, puede generar un sólido piso para edificar en grande.